Cueva de Son Caulelles

La cueva de Son Caulelles, también conocida como cova des Moro, es considerada el yacimiento arqueológico prehistórico más destacado de todo el término municipal. Testimonio de una de las primeras civilizaciones que habitó las Islas Baleares durante la Edad del Bronce, la cultura navetiforme (1700 – 1000 a.C. aprox.), anterior a la cultura talayótica. En Marratxí, los restos hallados de mayor antigüedad corresponden a este periodo. La designación navetiforme viene dada porque lo más característico de este momento fueron las viviendas denominadas navetas –habitaciones en forma de nave invertida– que podían llegar a formar pequeños poblados. Por otro lado, encontramos las cuevas de entierro –naturales o artificiales– que también se podían agrupar en necrópolis. En el municipio no se han localizado restos procedentes de antiguos poblados de navetas, por lo que las cuevas de entierro pretalayóticas son el legado más antiguo que se conserva.

Una cueva con historia

Esta cueva artificial de entierro fue excavada directamente en la roca. Está constituida por una sola habitación a la cual se accede a través de una pequeña entrada formada por tres escalones que descienden hasta un portal ligeramente redondeado. El total de la cueva, junto con la entrada, mide 10 metros de largo por 2,5 de ancho y 1,8 metros de altura. El interior se caracteriza por una serie de elementos comunes en las tumbas prehistóricas del periodo del Bronce Balear, como es la fosa u hoyo central rodeado, en todo su contorno, por bancos laterales. En la parte superior de estos bancos se pueden apreciar unas pequeñas crestas que servirían para la división de diferentes compartimentos. En el lateral derecho próximo a la entrada de la cámara, se puede observar una apertura a modo de nicho. Generalmente se solían encontrar uno o más nichos dispuestos en los laterales o en el fondo de la cueva.

La función de esta cueva funeraria consistía en servir de tumba a todo un clan o familia, la cual se enterraba en su interior junto con una serie de objetos dispuestos cerca de los cuerpos. Estos objetos eran variados, donde se podían encontrar joyas, cerámicas, armas o vajillas, entre otras ofrendas. En los bancos laterales, en cada compartimento, se cree que es donde debían depositar los cuerpos de los difuntos. El nicho de forma circular de la derecha servía como altar para colocar las diferentes ofrendas.

Las primeras investigaciones realizadas son obra de V. Furió y J. Colomines, quienes la dieron a conocer en el ámbito científico entre el 1915 y 1920. Desafortunadamente, no se encontraron restos materiales debido a que había sido expoliada en el pasado. El 1927 fue excavada por el arqueólogo W. Hemp, quien desenterró un muro exterior y una trinchera cerca de la escalera de entrada. En sus alrededores no se han encontrado señales de antiguas viviendas. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1966 y, desde el 2017, es propiedad del Ayuntamiento de Marratxí.

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